Que no te acuesten

“Las posiciones para parir: el respeto a la libre elección” es el lema que, en Argentina, sostiene este año la Semana del Parto Respetado. Convocados por la ONG Dando a Luz, famosas y famosos pusieron el cuerpo y la voz para ayudar a difundir los derechos que legalmente asisten a las mujeres que van a parir.

Por Luciana Peker

Qué hacemos papi?”, le pregunta el médico al paciente. “Pis”, le contesta. “¿Pis vertical? ¿Qué estamos innovando? Acá hay normas...”, se ofende el profesional. Al paciente lo agarran, lo atrapan en un camisolín, lo obligan a subir a una camilla, le rasuran el vello de sus genitales, le levantan las piernas porque ésa es la posición correcta y todo sin preguntarle nada, nada salvo si hizo el curso. La escena es de ficción solamente porque el protagonista es un hombre. Pero, en realidad, sucede habitualmente en hospitales públicos y clínicas privadas. Sin embargo, es tan natural creer que los médicos siempre tienen razón que esta publicidad –protagonizada por los actores Coco Silly, Boy Olmi y Gabo Correa– sorprende. “Qué raro, ¿no?”, pregunta al final de estas imágenes Leticia Brédice, que termina recomendando: “No dejes que te acuesten durante el trabajo de parto y el nacimiento de tu bebé. Vos podés elegir cómo parir a tu hijo: sentada, en cuclillas o como vos estés cómoda”. “No dejes que te acuesten”, es el directo mensaje de la Campaña por la Promoción de los Derechos y Prácticas Apropiadas en el Parto y el Nacimiento, a través de spots radiales y televisivos, con la participación de Soledad Villamil, Julián Weich, Dolores Barreiro, Leticia Brédice, Carla Czudnowsky, Coco Silly, Gabo Correa, Boy Olmi y Karin Cohen, y promovida por la Red Argentina por la Humanización del Parto y el Nacimiento. La producción de la campaña se realizó con fondos de la fundación holandesa Mama Cash que donó un subsidio para este proyecto, mientras que los artistas y conductores actuaron ad honorem y Canal 9, Telefé y Radio de la Ciudad cedieron sus espacios gratuitamente.

“Hay una nueva ley, pero la sociedad argentina desconoce sus derechos porque el Estado no tiene una política explícita de difusión. A las mujeres se les abre un mundo cuando se enteran que pueden negarse a recibir determinado tratamientos. En nuestra cultura el poder del guardapolvo blanco es impresionante y hay que hacer entender que los médicos no pueden atropellar los derechos de las mujeres durante su parto”, explica Sonia Cavia, presidenta de la organización Dando a Luz.

La discusión contra las prácticas médicas abusivas (cesáreas, episiotomías, inducciones) durante el parto viene creciendo en la Argentina, de la mano de una tendencia mundial de revalorizar la importancia de la humanización del nacimiento. Pero esta vez, tanto los canales de divulgación como los protagonistas mediáticos de esta campaña, aseguran la llegada de esta temática a la televisión. Y sacar al parto del lugar de agujero negro (un tiempo vaciado, donde los bebés nacen, no importa cómo, en qué contexto, ni dónde) ya es un logro. Por ejemplo, el mensaje trasmitido por Carla Czudnowsky es: “Hay momentos únicos y lugares irremplazables. Desde el momento mismo del nacimiento de nuestras hijas e hijos el mejor lugar para ellos son nuestros brazos”. Y el mensaje final de esa publicidad es “¡Que no se lo lleven de tu lado!” Mientras que Julián Weich explica por qué el cordón umbilical tiene que ser cortado tres o cuatro minutos después de lo que se lo corta habitualmente (tres o cuatro minutos que hoy muchos médicos no quieren perder): “El cordón umbilical debe ser cortado cuando deja de latir, cuando termina de cumplir su función. Además de generar un inicio natural y saludable de la respiración, en ese corto tiempo el bebé recibe un aporte de hierro fundamental para los primeros seis meses de vida”.

Los mensajes publicitarios tienen el objetivo de difundir la Ley Nacional de Derechos en el Nacimiento (25.929), aprobada en el 2004, y que casi nadie cumple. Hoy no todas las mujeres pueden parir acompañadas de sus parejas o de otro familiar (en caso de estar solas podrían hacerlo con su mamá o su hermana), ni eligen la posición que les queda más cómoda (generalmente se las acuesta, se les sube las piernas y no se les da ninguna otra opción), ni se quedan con su bebé después de parir, entre otras cosas. Estas violaciones a los derechos se dan igualmente en sanatorios privados y hospitales públicos, aunque con algunas diferencias. Por ejemplo, hay menos cesáreas innecesarias en los centros de salud estatales, pero, a la vez, por la falta de infraestructura, es mucho más difícil que los varones puedan ver el nacimiento de sus hijos. En este sentido, la promoción que se puede ver actualmente al aire muestra a Soledad Villamil en el Registro Civil, con un ramo de flores, y sin acompañante. “¿Te imaginás casándote sola, sin novio y sin familia? ¿Por qué aceptamos entonces que un momento tan importante como el nacimiento de nuestras hijas e hijos sea sin la compañía de un ser querido? –pregunta-. Podemos estar acompañadas durante el trabajo de parto, el nacimiento y el posparto por la persona que nosotras elijamos.”

Paula tuvo a su primer hijo a los 21 años, en la maternidad estatal Santa Rosa, de Vicente López. A su pareja, Marcelo, no lo dejaron entrar. “No es natural estar sin tu marido, en una cama de hospital re-fría, con una enfermera prepotente. Es un garrón, te la pasás sola y apabullada. Viene cualquiera que pasa por ahí y te dice ‘abrí las piernas’. Es horrible”, recuerda. Para las mujeres, es fundamental estar acompañadas en un momento de dolor, emoción, pasión, inseguridad, un momento inigualable que algunas mujeres describen como un orgasmo emocional y otras como un calvario. Pero, más allá de que todas las sensaciones son posibles, el aliento de un familiar tiene una potencia irremplazable. Mientras que para los varones también es fundamental poder participar y vivenciar el momento del nacimiento de su hijo. Sin embargo, por falta de instalaciones, tiempo, reformas edilicias y buena voluntad, en general, los hospitales públicos se niegan a hacer pasar a los hombres a la sala de partos o les dicen que sí y en el momento del nacimiento los dejan afuera. Ante estos atropellos, un antecedente valioso es el de Mariela y Santiago Cevilán, una pareja de Valentín Alsina que el 27 de noviembre del 2002 –durante el embarazo de Mariela– presentaron una carta documento en el Hospital Penna para que Santiago pudiera presenciar el parto de su hijo. En principio, el hospital les contestó que se vayan a atender a otro centro asistencial, aunque, finalmente, el 2 de diciembre de ese año, nació Santiago Tiziano bajo la atenta mirada de su papá.

Este caso demuestra que, ante una mayor difusión de sus derechos, las mujeres y los varones podrían poner en práctica distintos mecanismos de presión –desde simples consultas al médico, quejas en el hospital o clínica, amparos legales, denuncias públicas o presentación de recursos al Ministerio de Salud– para que cuando tengan un hijo en vez de recibir flores, reciban derechos. Y no l@s acuesten.

Bebés sin fines de lucro

Además de las publicidades radiales y televisivas sobre los derechos del parto, en las calles de Buenos Aires se puede ver, desde la semana pasada, una campaña de afiches (con la foto de una mamá dándole la teta a un bebé) con el lema “Cuidemos a las mamás y los bebés”. Esta idea es de la Fundación Creavida, una organización argentina que promueve la Humanización del Nacimiento, la imagen de la campaña fue cedida por la fotógrafa francesa Sara Ney, la impresión de los afiches se hizo con el aporte de Weleda y Siemens y Spinazzola cedió el espacio en los refugios de los colectivos. “La sensibilidad hacia los recién nacidos ha sido lamentablemente utilizada para vendernos tantas cosas que esta campaña, que pide cuidado y no vende nada, llama la atención entre tanta oferta publicitaria”, subraya Jaqui Zieler, presidenta de la Fundación Creavida. “La campaña intenta promover en quien la vea, emociones, preguntas y, como ambicioso anhelo, el compromiso de que cada uno se convierta desde su lugar y posibilidades, en guardián y protector de la intimidad de las mamás y los bebés –destaca Jaqui–, que es un modo de proteger la ternura y el cuidado, como bienes esenciales de todos los humanos.”

“Los derechos del parto tienen muy poca difusión”


Por Soledad Villamil

Decidí participar de esta campaña porque me parece que los derechos en el parto tienen muy poca difusión aunque se trate de algo tan importante como el modo en que las mujeres tienen a sus hijos y, sobre todo, el modo en que los bebés nacen, que no es la misma cosa. Creo que si se puede empezar a revertir la tendencia a la medicalización y la deshumanización del nacimiento, se va a esta rhaciendo un cambio muy grande como sociedad.

El médico francés Michel Odent dice que en la medida en que se reduzca la violencia en los nacimientos de igual manera se va a reducir la violencia en el hombre y en su entorno. Dentro de ese planteo, el estar acompañada por un ser querido permite que la mujer se sienta más contenida, más relajada y que su entrega física al hecho del parir pueda ser mucho mayor porque no va a estar midiendo con susto lo que pasa en el afuera, únicamente rodeada de gente que ella no conoce. Y, a la larga, estar más relajada conduce a un mejor parto y a una menor necesidad de intervenciones médicas riesgosas.