comentarios Lucia

Les cuento brevemente cómo fue todo... después de 9hs de trabajo de parto y contracciones terminamos en cesárea porque Clara no bajaba y yo no dilataba. Y finalmente tenía doble vuelta de cordón, así que bienvenida la cesárea. Re bien todo gracias a Dios!

No tuve dolores y la gorda toma teta de 10! Pesó 3,400 y ahora ya está en 4,100... una lechona! Ya iré de visita así la conocen!!! Beso enorme a todas, realmente fue un placer haber vivido mi embarazo yendo a Tobi Natal y compartiendo este camino maravilloso junto a uds.

Aprendí MUCHO y estoy super agradecida! Mandale mis saludos a todas!!!!!!!!!!!!!

Les deseo un GRAN 2015! Besos!
 
 
 
 
comentarios Virginia

Fue el jueves 23. Después de 8,5 hs de trabajo de parto nació Emma en el Sanatorio Finoquietto.
Fue super lindo. Llegué a sanatorio con 7 de dilatación pero ella estaba muy abajo así que 1 hora y media más tarde ya la estaba pariendo.

Yo estaba entre cuclillas y 4 patas y después de unos cuantos pujos nació! Estoy feliz.
Fue muy emocionante y perfecto todo. Les quiero agradecer por todo el apoyo que me dieron durante todos estos meses y Vivi, gracias por hacerme tomar conciencia de la importancia del suelo pélvico. Hice mis deberes y no tuve ni un desgarro! Asi que mi recuperación está siendo óptima.
 
 
 
  comentarios Rocío

Hola, divinas mujeres de Tobi!

Soy Rocio, estuve en mi Buenos Aires querido en Octubre y en Noviembre nos volvimos a Barcelona esperar y recibir a Felipe, nuestro primer bebe.

El embarazo fue divino, un sueño hecho realidad! Me dediqué a mi, todo ese tiempo para prepararme emocional y espiritualmente para la llegada de mi primer hijo. Y para despedirme de esa Ro que había sido hasta hoy y que pronto cambiaría de piel para ser la Mamá de Felipe, algo que habia esperado toda mi vida. Fue una bendición haber tenido ese tiempo y espacio para mi.

Felipe crecía con ganas y desde temprano aparentaba un bebe grandote. A las 34 semanas se dio vuelta y se pasó un poquito, quedando atravesado, de manera que si quedaba así, no tenía muchas chances de parto natural... Después de sesiones de yoga, Natación, pelota, acupuntura y todo lo que aprendí en la clase de Parto III (que por las fechas y por parir en Barcelona, fue el único que hicimos) Feli se dio vuelta y quedó cabeza para abajo. Pero a las 37 semanas, estaba cero encajado y nunca se encajó... Un bebe gordito, cabezón y mucho liquido, a las 40 semana todo seguía igual... Mis caderas aparentemente son estrechas y lo sentía cabecear abajo sin éxito... Lo mas probable era que no se encajara y que si lo hiciera, el paro fuera muy difícil... Mi abuela pasó exactamente lo mismo con su primer hijo, y terminó con muchas complicaciones y un aborto espontáneo posterior. Así que, dados los antecedentes nos aconsejaron programar la cesárea pasadas las 40 semanas.

El acompañamiento fue muy bueno y me contuvieron mucho, ayudándome a hacerme la idea, con lo tanto que deseaba un parto natural... Pero viendo que Felipe venia súper bien de peso, con excelentes signos vitales y no había posibilidades de que se encajara, fuimos para adelante, ilusionados con su inminente llegada!

Salió todo bárbaro y el 23 de Marzo a las 10:45hs nació Felipe, un día nublado en Barcelona, en la clinica Teknon, a los pies de la iglesia del Tibidabo. Toni, su Papá, lo vio salir y con su grito maravilloso supe que ya estaba: mi vida ya había cambiado para siempre... Me lo pusieron apenas unos segundos en la cara, nos sentimos y dimos la bienvenida. Cuando se lo llevaron, Toni hizo piel con piel hasta que me terminaron de coser y me lo trajeron de vuelta. Así, los 3, con la luz baja y a solas, con Feli prendido a mi teta, comenzamos esta aventura!

Un bebe sano, 3.820 kg, 51 cm y bellísimo, llenó nuestras vidas de amor, ilusión y felicidad! Mis padres viajaron para el nacimiento y se quedaron 1 mes! Así que los disfrute y ellos y Felipe se disfrutaron muchísimo! Si primer nieto... Tal es así que mi madre extendió su estadía y se queda con nosotros casi 2 meses mas! Disfrutado este momento único, irrepetible e inolvidable.

Yo ya a un mes estoy bárbara, Felipe crece gordito y morfón a pura teta, dándonos batalla a la noche y mimándonos tooooodo el día en brazos. Poca cunita, mucha cama de Mamá y Papá. No me guio más que con mi instinto y mi corazón me dice que contenerlo, confortarlo, mimarlo y tenerlo bien cerquita, junto con la teta, es lo mejor que puedo hacer por él.

Y así vamos haciendo camino al andar...

Queria contarles que fue de nosotros y agradecerles por esos maravilloso días que estuve en Buenos Aires disfrutando de mi embarazo en Tobi. Recuerdo con mucho cariño el tierno abrazo de despedida de Maria, conteniéndome en mi tristeza de dejar mi gente y mis raices para venirne a Barcelona. Cuanta empatia, cuanta paz... Y el sabio consejo de Viviana de darnos el tiempo y espacio para despedirnos de nosotros como pareja y juntos embarcarnos en esta bella locura de ser padres. Si el siguiente lo tengo en Buenos Aires, no tengo ninguna duda de que voy a volver a atravesarlo con uds.

Muchas, muchas gracias! Besos a todas!!!

 
 
 
  comentarios Nadia

Hola! finalmente, luego de 4 meses de haber sido mamá, me tomo un rato para escribirles. Hace tiempo que vengo 
pensando que no tengo que dejar de hacerlo, ya que transitar por los espacios de Tobi fueron un gran aporte. 
Participé del espacio de yoga de los miércoles con Daniela y del espacio de esferodinamia con Lali, los dos me parecieron
maravillosos. Las clases de yoga me parecieron muy activas y de un excelente nivel, en ningún momento sentí que por estar 
embarazada la clase tenía que ser más "light" como comúnmente se piensa. En el caso de esferodinamia me parecieron clases
muy divertidas, que hacían que mi cuerpo se mueva y se abra con la ayuda de las esferas y de la música. Las dos profes  me parecieron excelentes, muy respetuosas y atentas de cada cuerpo y momento.
Durante mi embarazo me tocó transitar también el fallecimiento de mi suegro, por lo que acercarme a cada clase y conectarme
de lleno con mi panza y con el momento que yo estaba viviendo ya era de por sí un alivio y una gran contención. Me sirvió para parar y escuchar mi cuerpo, estar entre otras mujeres que, como yo, estaban gestando vida.
En los espacios de reflexión que yo estuve sentí que quizás no había mucha participación, en ocasiones no había intercambio, de todos modos me parece interesante la propuesta.
También participé del taller vivencial con Viviana, me pareció maravilloso, un momento de conexión con la pareja y una posibilidad para el hombre de conectarse con el momento del parto. Ambos lo disfrutamos mucho.

A pesar de haber escuchado mucho acerca del parto humanizado y de cómo pararse ante ciertas prácticas médicas, siento que no pude escucharme respecto de lo que yo quería al momento del parto, pude preguntarle a mi obstetra cómo se manejaba en determinadas situaciones y si bien me respondió respetuosamente, sospeché que era más bien convencional su proceder... Mi parto terminó en cesárea porque la bebe "no bajaba", si bien hoy estoy feliz de tenerla entre nosotros y una sólo conoce la historia que efectivamente sucedió, sí creo que conocí en carne propia qué es lo que se entiende por violencia obstétrica. Llegué con 7 de dilatación y en dos horas manipularon mi cuerpo como si yo fuera efectivamente una "paciente" y no una mujer atravesando la experiencia vital más importante. 

No pude ir al encuentro de fin de año, pero mientras escribo estas lineas pienso que hubiera sido bueno compartir esta experiencia. Si bien la crianza y la vida con nuestra hija Jana viene siendo hermosa  y yo me siento feliz y llena de energía, supongo que resignificar el momento del nacimiento sería algo bueno. Hoy aprendo que de tener otro embarazo elegiría algo distinto, me animaría a pedir con más firmeza que se me respete. 

Les mando un abrazo, Nadia.

 
 
 
  comentarios Luciana

El nacimiento de ema

Amanecí el 6 de abril  tras una noche de sensaciones “incómodas” que se filtraban en mis sueños y me levantaban a cada hora. Con la panza dura, a las 11 de las mañana puede abrir los ojos, y en el baño descubrí la pérdida del tapón. ( menos escatológico de lo que su nombre siempre me sugirió )…Continué con esas sensaciones que enseguida entendí eran contracciones sin dolor. Solo panza dura. Mientras Daro preparó el desayuno yo comencé a tomar registro de la secuencia irregular. Cada 14, 2 , 5, 8 ,17 minutos…. Decidí quedar en casa haciendo labores que había postergado por otras prioridades: me quede en tetas al sol, mientras cocí y remendé algunas prendas añorando la vida de mi abuela rosa, pero conectada con ella, como pidiendo su bendición desde donde quiera que estuviera.

Hacia las 14,  a pesar de tener  “la panza alta”, se sumo una sensación de peso en el periné cada vez que permanecía de pie . Llame a Lara, la partera,  para contarle en que andaba y consultarle sugerencia: Quedar en casa, tomar un sertal y darme bañitos. Volver a llamar cuando alcanzara el ritmo de cada 5 minutos durante dos horas, advirtiéndome que hasta que eso ocurriera podían pasar talvez varios días. Tanto Daro como yo estábamos tranquilos disfrutando del hogar y la música, pero acordamos que el iría al trabajo (nuevo, de 15 a 23) como cualquier otro día, ya que su “licencia por paternidad” se reducía a solo dos días que no queríamos “malgastar”( que ley obsoleta!). y Entonces juntos repasamos los recursos que me acompañarían en las horas venideras: Una pelota de esferodinamia, una cuerda atada a un barral de ejercicios en el marco de una puerta, las pelotitas en la media, una almohadilla de calor. Las O. Y mi intuición.

En cuanto Daro se fue  Comencé a sentir una especie de atontamiento como narcótico. Como si hubiera fumado marihuana. Me entregue a ese relax cerebral aceptando  que esa sensación era adecuada. Que “todo lo que viniera estaba bien así como llegara”. Silencie los teléfonos y me prepare un baño de inmersión con velitas, espuma y musiquita. Las contracciones se aflojaban bastante sumergidas en  ese aguita. Empecé a emitir las O como una manera de entrar en contacto con Ema y el útero. y entre contracción y contracción le hable. Le explique que estaríamos unos ratos a solas y que yo tenía toda la intensión de ayudarla a  nacer. Que algo estaba por cambiar definitivamente para ambas  y que sería positivo.

Que contaba conmigo para siempre. Y que ahora íbamos a hacer esto juntas.
Pude ver claramente dos puertas. Una que me conducía al imaginario de los miedos universales , los íntimos y biográficos, y otra que conducía salvajemente a la incertidumbre y el  presente. Me invite amorosamente a optar por esa, aunque la otra apareció en algunas ocasiones durante el trabajo para tentarme. Entonces tener presente que esto “no se trataba de mi parto” sino del nacimiento de Ema, me ayudo a volver “a la monita que sabe”.

A las las 19 las contracciones cada 5 minutos cumplieron dos horas. Las atravesé con las o y movimiento: sentada en la pelota, moví las caderas de manera circular y asimétrica. Bailé movilizando la cadera. Presione el sacro contra las pelotitas de tenis en la pared. Me colgué a en la cuerda acuclillada. Todo lo que hacía buscaba aflojar el sacro y mover la cadera como si “estuviera desmoldando un budín de su fuente”, para guiar hacia el canal a Ema.  Estas contracciones se sentían como un cólico menstrual durante su minuto de duración. Cada tanto venía algo  que llame “replica” que era una contracción casi sin dolor, y de tan solo 25 segundos dentro del secuencia de los 5 minutos.
Volví a comunicarme con Lara que me indico mas baño de inmersión y mas sertal. Y reiterar el llamado  a las 21. Cada Tanto  le enviaba un mensaje a Daro contándole en que andaba. Nos dimos ánimo mutuamente.

Hacia las 21, las contracciones molestaban un poco más, lo suficiente como para hacerse sentir en el agua tibia, e  irrumpir con las o durante la conversación telefónica con la Lara,  quien llego a la conclusión que estábamos “en trabajo de parto” y que si yo quería llegar a la clínica con buena dilatación dependía de cuánto tiempo transitara así  en casa. . Pero que le podía ir pidiendo a Daro que retornase al hogar. Y  Que el momento de ir a la clínica dependería de mi dolor, de la ansiedad de él, y del ritmo de las contracciones. (desde las 5 tenían la misma frecuencia: una contracción débil y corta cada 2 minutos, y una fuerte cada 3, es decir mis contracciones de cada 5 minutos nunca fueron exclusivamente así “cada 5 minutos”. ) Me comuniqué con Daro quien me apoyó con las o del otro lado del tubo y percibió que la situación había progresado desde su ida.  Le pedí que no se apurara en regresar, que quería descansar y estar tranquila mientras esperaba su llegada en horario habitual. Por supuesto que no conseguí dormir, ya que las contracciones se pusieron más imperativas. Era quietud total cada vez que venía una. Incapacidad de moverme durante. Pero todos los dolores o incomodidades no me resultaban “tanto”. Y no Sentía ansiedad, supongo porque estaba sola con Ema y percibía minuto a minuto anclada en el presente. Cuando el dolor me tensaba, pensaba “duele….pero…Se puede atravesar?”  Saber que yo había optado por esta intimidad conmigo misma, con Ema y con el aspecto más primitivo de mi constitución me daba ánimos, bríos  y tranquilidad. Me acorde de las mujeres de antes, de las campesinas, de mis ancestras y de las vuestras.

Entonces comencé a utilizar nuevos recursos. Ahora estos que fueron apareciendo, no formaban parte de mi propio protocolo de sugerencias, si no que los fui creando sobre la marcha. Y  los elegí con el cuerpo . Tanto que llegue a estar casi boca abajo en la cama porque necesitaba sentir una leve presión en la panza, por ejemplo. Algo impensado. Pero a todo lo que me pedía el cuerpo le confié como si fuera una mujer que sabe, capaz de fundar un pueblo! Me fui quedando sin fuerza para sonar las o. Conocí una voz mía que nunca había escuchado, un tono muscular que no había sentido (músculos laxos, un constante vibrar de las extremidades), pero una manera de estar totalmente amable y nueva.  Para cuando llego Daro, a las 23 30 yo tenía mucha necesidad de compenetración con él.  Entró a casa  emitiendo sus o grabes, despabiladas y presentes. El tomo la posta de continuar el control de contracciones. Probé nuevamente con un baño de inmersión, pero este último me resulto molesto. No encontraba una posición adecuada para atravesarlas. Continuamos juntos, con sus o, las mías “agonizaban” de agotamiento. Todo lo que restó, lo hice sentada en la pelota de esferodinamia y colgada de él, que me sostenía con un amor refundado y potente.
Hacia la 1 y 30 am, ya del 7 ,  avisamos a Lara que había llegado nuestro momento de ir  a la clínica. La verdad es que  tenia la sensación de estar haciendo un esfuerzo mental por permanecer en casa, especulando con una super dilatación que no sabía si había obtenido o no. En cuanto le pregunte a mi cuerpo que proponía, me di cuenta que acostumbrada a la pelota me seria trabajoso viajar sentada en taxi si esperábamos más. Algo me dijo que fuéramos, todo mi cuerpo temblaba exahusto, pero yo me sentía entera y entonces mi deseo fue grande.

Subimos al taxi:” Buenas noche señor…estamos en trabajo de parto, pero esto no es como en las películas, no hay que correr, por favor evite frenadas fuertes, baches y cunetas,
conduzca muy lento y con tranquilidad y no se inquiete que cada 2 minutos ambos cantaremos la letra o”… Entre contracción y contracción tuvimos oportunidad de charlar con  el taxista Hugo y enterarnos de que esta era su primera experiencia de chofer de trabajo de parto. Le sugerimos que venda su servicio también a otros. Fue un óptimo jugador más del partido,  ese rato que duró 10 minutos.

Llegamos a la clínica suizo argentina, como yo lo llamo, “el emprorio del bébe”, Con la pelota y una decisión exultante. Al unísono llego Lara . Montados en el ascensor que habla, viaje hasta el tercer piso sentada en la pelota, Lara bufaba porque yo la lleve de prepo a pesar de su advertencia. Me sentía tan empoderada, que estaba segura que nadie se iba a atrever a separarme de la ella . (yo temía no haber alcanzado una dilatación suficiente y  sería mi recurso para alcanzarla en sala de preparto). 
Mientras Daro comenzó con los trámites de internación, yo me fui con Lara a una salita en la que me reviso. Tras hacer pis, (las ganas de hacer pis y caca me habían acompañado durante todo el día), Me colocó el monitoreo. El corazón de la bebe latía como de costumbre. Luego , el primer tacto del embarazo. “Bueno”- dijo Lara, modificada, suavizada- :“eso que estoy tocando es la bolsa asomada. Estamos con 9/10 de dilatación” “Estamos para pujar”…. “directo a la sala de parto lu”. Tuve que decidir en menos de un minuto si Peridural si o no. Sentía que tenía margen para atravesar dolor, que mi umbral era muchísimo mas alto de lo que yo misma creía, pero no sabía cuánto tiempo más debería trabajar. Acepte su ofrecimiento de que fuera leve así podía tener control de mis piernas. Salí de esa sala con una sensación triunfal! Apenas se lo comunique a Daro, su mirada estallo de alegría y orgullo. Lo vivimos como un logro. Y la pelota…a lamarchanta!

En una salita minúscula me saque la ropa y Mientras la colocaba en una bolsa y me vestía con una indumentaria ridícula y esterilizada, fui tomando conciencia de que Ema estaba por asomar a este mundo.  Ya en la sala de parto sentada en la camilla, mientras esperábamos al anestesista, comenzaron las contracciones “duras”.  A esas las llame las contracciones punk.  Tuve una muestra de dos hasta que la peridural hizo su efecto. Debo reconocer que el procedimiento de la peridural no me gusto para nada. Me incomodó, y sentí un fluir muy artificial y doloroso en mi espalda.

Me Tomaron muchas muestras de sangre porque decidimos donar el cordón de Ema al hospital Garaham. Me recostaron en la camilla, me sugirieron una posición y que pujara con cada contracción. y cuando ya me estaba inquietando por la tardanza de Daro, el ingresó  también con su  “outfit” ridículo, para no retirarse más de al lado mío. 
La camilla me resultó incomoda en varias oportunidades y el obstetra que llego a la media hora, fue complaciente conmigo, la corregimos repetidas veces. Ema Estaba en una posición complicada, montada sobre el pubis…no encontraba la entrada al canal de parto y no quería girar su cabecita. Tuve que ayudarla a puro pujo. Pero no pude realizar los pujos eutónicos. No lograba la fuerza que me pedían. Intente soltando, riendo ,manteniendo firme el diafragma, prologando coxis….pero nada….terminé haciendo la fuerza que me guiaba la partera. La de contener el aire. La del pequeño desgarro. Durante los casi 50 minutos que estuve allí, adopte diversas posiciones, Rompí bolsa en medio de un pujo, una sensación tibia y placentera! , le di ánimos a Ema y hablé con ella, me acuclillé infructuosamente en la camilla,  recibí las palabras justas y el amor devocional de Daro, me reí con el obstetra y la partera, recibí oxitocina para reavivar las  contracciones que la anestesia había debilitado, me sentí adormecer de agotamiento, el obstetra me empujo la panza hacia el final…..y tras 22 pujos y una hora de trabajo tenaz en equipo….Ema atravesó ese espacio, con la cabeza p´alante, como una torita. Martes 7 de Abril 2015, 4 am.

Allí estaba nuestra hija, pude ver sus ojos espiando la vida nueva e inhalé profundamente su aliento que se me tatuó por siempre en el cerebro. Bienvenida al mundo Ema le dijimos casi al unísono entre llantos como bendiciéndole el camino! Vi nacer a Daro papá. Le vi nacer una cara nueva, un aterrizar sobre el alma reestrenada.  Es que nacimos los tres. Nació Ema, nació Daro papá, nací yo mamá…. nuestra familia nació.  Aun hoy sigo emocionada y llorando de gratitud, felicidad y belleza. Nos estamos bienamando y nutriendo.
Gracias queridos todos por la experiencia compartida. Felices caminos para todos!!!

Cariños : lu , Daro y Ema

Pd: la lactancia….de puta madre!!! Un éxito total. . Mi tip: desde que nació Ema estuve en tetas casi una semana. Opte por Recibír muy pocas visitas en la clínica.  Consulte cada vez que lo necesite a la puericultora Eso hizo que casi no se lastimaran mis pezones. Para mí esa ha sido la clave!