Reportaje sobre educación perineal
A partir de su encuentro con la Dra. Gasquet, en Francia, y después de muchos años de trabajar en sexualidad y con mujeres embarazadas, Vivi Tobi diseñó un programa de reeducación perineal femenina. Sabía ya, entonces, que nuestro periné no sólo está alejado de nuestros ojos, sino que las cuestiones que le atañen vienen de siglos de historia y represión. Su programa invita al reconocimiento corporal vivencial a través de ejercicios prácticos de sensopercepción, así como también aporta información teórica, proyección de videos, intercambio de experiencias, y aportes desde el arte, la música, la pintura y la literatura. ¿Qué es la educación perineal? Es una propuesta para que la mujer se encuentre con una zona de su cuerpo de vital importancia para su genitalidad y su salud sexual. Brinda la posibilidad de recuperar la conciencia de una zona del cuerpo fundamental de sostén y pasaje como es el suelo pélvico. Está orientada tanto a prevenir la incontinencia urinaria y el prolapso como a promover la plenitud de la sexualidad. ¿Qué pasa en los grupos cuando las mujeres se encuentran con su periné? Primero, el desconocimiento de lo que hay «ahí abajo». Pasado ese primer momento de pudor, aparece la sorpresa, el temor... la ajenidad. El periné es algo íntimo, pero a lo que no tengo acceso. Luego aparece la curiosidad, el descubrimiento de una zona de potencia, el orgullo y, más tarde, la complicidad de develar algo muy guardado, encerrado en un sentido, oculto, que habilita un permiso para empezar a conversar.Una escucha largamente esperada, inatendida, otorga el espacio de continuidad al diálogo y al surgimiento de tantas preguntas... de tantas palabras.
¿Algo cerrado que se va abriendo? Sí. En las representaciones aparecen tanto imágenes luminosas, aladas y potentes, como vallas, barreras y encierros. ¿Y luego? Comparten las dificultades: incontinencia, sequedad vaginal, dolor en la penetración, insensibilidad, molestias en la cicatriz de la episiotomía, dificultades orgásmicas, hemorroides posparto, problemas de constipación, prolapso... ¿Qué les ofrece el programa ante esas dificultades? A partir del reconocimiento de la fisiología del periné, empiezan a trabajarlas de manera activa, discriminando el movimiento, la respuesta; recuperando la tonicidad, la ejercitación concreta a través de ejercicios de contracción y relajación, así como de estiramiento, que son los fundamentos de una verdadera flexibilidad del periné, base de la salud perineal, que no es incompatible con la tonicidad. ¿Es sólo para mujeres que tuvieron traumatismos de parto? No. Todas las mujeres y también los varones, por ser bípedos, estamos sometidos a la fuerza de gravedad y a la sobrecarga cotidiana sobre el periné. Pero las mujeres, a raíz del peso de la gestación —más allá del tipo de partos que hayan vivido— tienen el periné más expuesto a esa sobrecarga.Por supuesto que ciertas maniobras de pujo forzado con respiración bloqueada lesionan el periné durante el parto; así como las posiciones antifisiológicas —como la litotomía— no favorecen la flexibilización del periné. La práctica indiscriminada de episiotomías, bajo el argumento de prevenir desgarros, es también una circunstancia que incrementa las posibles lesiones del periné porque esa condición del parto no respeta la fisiología. El cuidado del periné es importante en todos los momentos de la vida y no sólo en el posparto. Para las mujeres hiperactivas y las deportistas, o durante la menopausia, es importante tanto el cuidado como la reeducación del periné. ¿De qué manera podemos cuidarlo? Fortaleciendo la musculatura perineal. Se aprende a controlar esa musculatura contrayendo el periné antes de hacer cualquier esfuerzo que comprometa los abdominales: saltar, levantar pesos, estornudar, toser, vomitar, inflar globos, gritar. Reconociendo las posturas en las que el periné está sobrecargado para poder bascular la pelvis, reorientando la postura.Trabajando siempre en exhalación porque, al exhalar, el diafragma sube y se descarga el peso que éste ejerce sobre el suelo pélvico. ¿Cuál es el trabajo durante el embarazo? Conocer la base de la pelvis, reconocer los músculos, los huesos y los órganos que lo componen. Autoobservación con espejo. Diferenciación de los esfínteres y de los diferentes músculos pelvianos. Familiarizarse en el contacto con los genitales. ¿Y en el parto mismo? Además de reconocer el funcionamiento de los músculos perineales que intervienen en el momento expulsivo, a partir de su relajamiento y su contracción, es importante explorar las diferentes posturas, en especial la posición de cuclillas y —como dije antes para cualquier esfuerzo— pujar en la exhalación.Algunos profesionales argumentan la eficacia del pujo con respiración bloqueada, que si bien funciona con mayor rapidez, sobre todo en mujeres bajo efecto de anestesia peridural, no contempla la salud del periné. ¿Y en el posparto? En algunas culturas tradicionales, después de la salida de la placenta, la mujer debe elevar el útero con las manos y mantenerlo así mientras realiza diez contracciones del periné. Las parteras estimulan luego los músculos abdominales haciendo masajes para provocar la contracción refleja de los músculos profundos.Las japonesas se ocupan de recuperar la simetría de la pelvis antes de que la mujer vuelva a ponerse de pie. Otras matronas «cierran» con una manta ceñida la apertura del útero, manteniendo así su calor. Existen otras maniobras muy precisas, como tracciones de las piernas o apoyo contra el sacro, con el mismo fin de cuidado. La mayoría de estas prácticas han sido abandonadas en las maternidades modernas. ¿Cuál es tu objetivo con este trabajo? Este trabajo es muy importante para mí porque integra todas las disciplinas en las que me formé: la psicología, la sexología, las terapias del movimiento y la salud perinatal.Mi propósito es contactar a las mujeres con su propio goce, con el erotismo, ampliar sus posibilidades sexuales, su potencialidad. Un periné vitalmente sano está en mejores condiciones para disfrutar, para sentir placer. Pero el conocimiento del periné no significa hacer pública una experiencia íntima. Nos enseña a tomar conciencia de su importancia resguardando los misterios de nuestras profundidades femeninas. |