El riesgo de ser madre demasiado pronto
En la región, se cuadruplica la mortalidad materna y del bebe en chicas de entre 10 y 16 años.
· Aumenta un 50% el peligro de muerte del hijo en el primer año
· El país aportó 250.000 casos
El riesgo de mortalidad materna y del bebe en América latina aumenta cuanto más niña es la "mujer". Así lo confirma el mayor estudio realizado hasta ahora en la región sobre las consecuencias del embarazo adolescente.
Entre los resultados del trabajo, que incluye información de 18 países reunida durante 18 años en una megabase de datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el dato más preocupante es que la mortalidad de la mamá y de su hijo se cuadruplica cuando la mujer tiene menos de 16 años, debido a un aumento de hasta el 40% en el riesgo de desarrollar anemia y sufrir hemorragias e infecciones uterinas después del parto , con respecto a las jóvenes de entre 20 y 24 años.
Y esto no es todo. Según el trabajo realizado por especialistas del Centro Latinoamericano de Perinatología y Desarrollo Humano (CLAP) de la OPS, en los bebes de madres menores de 15 años el riesgo de muerte perinatal (dentro del primer año de vida) es un 50% mayor que en los hijos de mujeres de entre 20 y 24 años. La explicación estaría en la gran cantidad de partos prematuros (menos de 37 semanas de gestación) y bebes nacidos con bajo peso (menos de 2,5 kilos) que se registran en esta población.
El trabajo, que aparece en la última edición de la revista American Journal of Obsterics and Gynecology, se basa en los datos epidemiológicos de 854.377 mujeres latinoamericanas, de entre 10 y 24 años, que dieron a luz entre 1985 y 2003.
Los investigadores obtuvieron los registros clínicos de la base de datos del Sistema de Información Perinatal (SIP), del CLAP. Casi el 50% de las historias clínicas analizadas fueron cargadas desde Uruguay y la Argentina, que aportó al estudio 250.000 registros durante los 18 años analizados. En los últimos años, el país registra un aumento de la tasa de maternidad adolescente.
"Los resultados obtenidos documentan de manera muy precisa las consecuencias del embarazo adolescente en América latina -afirma el doctor José Belizán, uno de los autores e investigador del Departamento de Investigación en Salud Maternoinfantil de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Buenos Aires-. El SIP es una enorme base de datos, lo que permite ver el problema en edades extremas."
Además de establecer una asociación directa entre la edad del embarazo y el riesgo de muerte, tanto de la mamá como del bebe, el estudio confirma que el embarazo por debajo de los 16 años tiene una gran cantidad de complicaciones. Entre ellas, los autores observaron una mayor incidencia de enfermedad hipertensiva del embarazo (preeclampsia y eclampsia), anemia, parto vaginal (con uso de espátulas y fórceps), episiotomía (incisión para facilitar el parto y evitar un desgarro), hemorragia posparto y endometritis puerperal (infección uterina posparto).
También revela que a menor edad de la madre es mayor la probabilidad de dar a luz bebes con peso bajo o muy bajo (menos de 1,5 kilos) y con atraso en el crecimiento. Una causa de esto sería, como lo explica el doctor Belizán, una "rivalidad" biológica entre la madre y el feto.
"Como la adolescente está en un proceso de crecimiento, habría una competencia por los nutrientes necesarios para el desarrollo natural tanto de la madre como del bebe -explica el especialista, director saliente del CLAP-. Si bien esto aún no se conoce con certeza, sí demostramos que no ocurre por factores asociados con el bajo nivel socioeconómico de las chicas." Los investigadores pudieron analizar las historias clínicas según 16 variables maternas (educación, estado civil, índice de masa corporal previo al embarazo, tabaquismo, hipertensión y abortos anteriores, entre otros) para garantizar la precisión de los resultados.
Menos cesáreas
Al comparar a las madres adolescentes con el grupo de entre 20 y 24 años, los investigadores confirmaron que la cantidad de partos por cesárea era mayor en el segundo. "Si bien el motivo es desconocido, existen algunas hipótesis -comenta a LA NACION el doctor Agustín Conde-Agudelo, obstetra y ginecólogo de la Clínica Valle del Lili, de Colombia, y autor principal del estudio-. Una de ellas es que las adolescentes tienen en general recién nacidos de más bajo peso que las madres adultas, por lo que el parto podría ser más expedito en las adolescentes."
Otra hipótesis, según el especialista, encontraría explicación de la menor cantidad de cesáreas entre las adolescentes en los responsables de atender el parto . "Algunos investigadores piensan que los médicos que asisten en el parto se preocupan más cuando se trata de una madre adolescente, y harían un esfuerzo mayor para que el parto sea vaginal, lo que explicaría el mayor uso de espátulas y fórceps en las adolescentes", indica.
Una tercera hipótesis, por la cual las cesáreas son menos frecuentes cuanto más joven es la madre, incluye lo que también demuestra el estudio: que la aparición de diabetes gestacional, el sangrado del tercer trimestre y la ruptura prematura de las membranas es mayor entre las mujeres de entre 20 y 24 años.
"La disposición de la placenta sería mucho más óptima en las adolescentes porque es poco probable que ellas tengan enfermedades vasculares subyacentes, como hipertensión arterial, ateromatosis y diabetes mellitus, prevalentes en madres adultas, y que son factores de riesgo para el desprendimiento prematuro de la placenta y otras hemorragias del tercer trimestre", dice el doctor Conde-Agudelo.
Se estima que alrededor del 50% de las mujeres que desarrollan diabetes gestacional serán diabéticas en el futuro. Para el obstetra colombiano, un punto importante por tener en cuenta a partir de este estudio es que la prueba de tamizaje de esta afección, que consiste en medir la glicemia, "no debe realizarse a madres adolescentes porque no sería costo-efectivo".
"La investigación -se lee en el comentario editorial que aparece en el journal- prueba que hay una necesidad de realizar intervenciones más efectivas destinadas a reducir los embarazos no deseados en adolescentes."
Por Fabiola Czubaj
De la Redacción de LA NACION
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