El masaje al bebé Un bebé recién nacido pierde el entorno del útero que lo abrazó durante 9 meses, donde flotaba, podía moverse, jugar con sus manitos, y sentir estímulos constantes que le daban seguridad. Una vez nacido, ya no puede moverse como en la panza, y pasarán algunos meses hasta que sus movimientos reflejos y desordenados se transformen en gestos y respuestas voluntarias. En esa etapa, los cuidados de la crianza van creando en el bebé la ilusión de que lo que él necesita, existe. Como el bebé no entiende su nueva situación (estar en otro medio aéreo, sujeto a la gravedad, con sensaciones que no sabe lo que son, sin poder registrar y poner palabras a lo que siente), necesita estar mucho a upa, cuerpo a cuerpo, para recuperar los latidos, el olor, y la voz de su mamá. Para ésta, el primer trimestre es una etapa de mucho agotamiento, en donde todo es caótico y lleno de presiones. Ya sea porque da el pecho o porque da el biberón; porque hay tareas domésticas y a menudo apuro para retomar las tareas laborales; porque la bombardean con mandatos sociales como comparar a su hijo con el súper bebé de la revista o la TV, o compararse ella misma con la súper mamá que siempre sabe lo que le pasa al hijo. Encima, debe escuchar las advertencias de todo el mundo sobre no malcriar a su bebé con consejos como no tenerlo mucho en brazos o dejarlo llorar para que aprenda a dormir, entre otras cosas.
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