ESPAÑA: HALLAN NUEVAS VIRTUDES DE LA LECHE MATERNA
Una sustancia presente en ella previene la obesidad en la edad adulta y la causa es una proteína de la leche materna llamada leptina, según las últimas investigaciones. MADRID (Diario El País).- La lactancia protege contra la obesidad en la edad adulta, y la causa es una proteína de la leche materna llamada leptina, según ha determinado el laboratorio de Andreu Palou, de la Universidad de las Islas Baleares. El descubrimiento es en sí mismo un argumento a favor de amamantar, pero también plantea la conveniencia de añadir leptina a los potitos y leches maternizadas. Este mercado potencial de 15.000 millones de euros en Europa depende, sin embargo, de un ensayo clínico con bebés que aún está en el aire. El grupo de Palou descubrió hace tres años que la leptina es el componente de la leche materna responsable de los efectos beneficiosos de la lactancia natural. Si se toma leptina al mamar el organismo del bebé queda programado para protegerse de la obesidad y sus efectos patológicos en la vida adulta. Los estudios se iniciaron en ratones y su validez se ha podido extrapolar a los humanos, aunque por un criterio indirecto: las mujeres difieren mucho en el contenido natural de leptina en su leche materna, y esas diferencias correlacionan con el riesgo de obesidad en sus hijos. Este hecho no solo indica que los resultados son válidos en humanos, también sugiere que, aun cuando las madres opten por amamantar a sus hijos, puede convenir suplementar esa dieta con preparados de leptina en algunas mujeres en donde sea más escasa. Pero nada de esto ocurrirá mientras los efectos de la leptina no se comprueben en un ensayo clínico con bebés que reciban los varios tipos de alimentación relevantes: natural y artificial, con y sin leptina. "El seguimiento de los bebés para ver los efectos llevará unos cuatro años. A esa edad ya se pueden detectar los primeros signos de la obesidad y sus consecuencias", afirma Palou Pero ese ensayo está aún por organizar. Mientras llega, Palou, que también es vicepresidente del panel científico de nutrición de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), insiste en que lo recomendable es la lactancia materna, y probablemente lo seguirá siendo en el futuro aunque se pueda suplementar con leptina en las madres que tengan poca. Pésima fama. La leptina tiene una pésima fama, y precisamente en el campo de la nutrición y la obesidad. La proteína, que se conoce desde 1994, constituye el más célebre fiasco en la farmacología del sobrepeso. Se pensaba que la leptina era producida solo por el tejido adiposo, y que su principal función era comunicar al cerebro que ya había bastantes reservas de grasa corporal, y que por tanto redujera el apetito. Los ensayos clínicos mostraron, sin embargo, que la administración de leptina a voluntarios obesos no sirvió para que adelgazaran. Pero Palou observó que el estómago humano produce leptina, y que la proteína también estaba presente en la leche materna. Lo más chocante era que, mientras que las proteínas ingeridas suelen destruirse en la digestión, la leptina podía absorberse intacta por el estómago del bebé. El estómago está conectado mediante nervios y sistemas hormonales con los centros cerebrales que controlan el peso corporal, así que Palou decidió explorar la cuestión a fondo. El grupo mallorquín demostró en animales de experimentación que la leptina sí puede ser un valioso recurso médico contra la obesidad, pero no de la forma en que se creía. Su ingesta con la leche materna no tiene un efecto directo sobre los centros cerebrales del apetito y el peso corporal: lo que hace es reprogramarlos para la vida adulta. "Para probar la hipótesis, hicimos estudios en ratas durante la lactancia complementada con dosis fisiológicas de leptina, es decir, dosis similares a las encontradas en la leche materna, administrada oralmente, y evaluamos los efectos a largo plazo sobre el peso corporal y otros parámetros. Los resultados mostraron que las ratas que fueron tratados por vía oral con cantidades fisiológicas de leptina durante la lactancia eran más resistentes como adultos al incremento de peso corporal relacionado con la edad", explica Palou. "También eran más resistentes a la obesidad inducida por una dieta de alto contenido de grasa", prosigue el investigador. "Estos estudios también revelaron que los efectos beneficiosos de la ingesta de leptina durante la lactancia puede atribuirse, al menos en parte, a una sensibilidad superior a los efectos centrales de la leptina, una sensibilidad impresa". La impresión (imprinting) es un fenómeno genético comprendido solo en parte, pero que está siendo objeto de atención creciente en los últimos años. Se trata de genes, o grupos de genes, que resultan inactivados de manera estable a lo largo de las divisiones celulares. No son mutaciones -cambios en la secuencia de letras del ADN tcctgaag...-, sino alteraciones epigenéticas (encima de los genes, literalmente), debidas a otras cosas que se pegan encima de los genes, entre ellas unas proteínas llamadas histonas y los más simples radicales de la química orgánica, como el metilo (-CH3). Los científicos españoles demostraron en ratas recién nacidas que la adición de pequeñas cantidades de leptina a la leche artificial -administrada directamente con un biberón- previene la obesidad durante la vida adulta (International Journal of Obesity, 1:11), y después publicaron indicios sólidos de que lo mismo ocurre en humanos (Obesity , 14:1371). “Las pruebas en humanos son indirectas y limitadas” admite Palou. “Consisten en monitorizar los cambios de peso corporal en los niños que fueron amamantados durante al menos seis meses y determinar su relación con la concentración de leptina en la leche materna. “ “Los posibles desarrollos aplicados son bastante obvios” dice Palou. “Primero, el desarrollo de leches para lactantes suplementadas con leptina, lo que supone un mercado enorme. Y segundo, investigar el modo de mejorar la nutrición de las madres para que su leche tenga una composición óptima de leptina” En cualquier caso, Palou insiste en que hay que seguir recomendando la lactancia materna. El científico explica que esas aplicaciones se están viendo retardadas por obstáculos de tipo ético. “Hemos demostrado el efecto en ratas, pero hay que probarlo en niños y para ello tiene que haber suficientes evidencias del beneficio que proponemos. Estos son los estudios que hemos ido haciendo estos años, y espero convencer a alguien para que apoye el asunto”. En los últimos tres años, el laboratorio mallorquín ha seguido aportando datos y argumentos. Han averiguado que la leptina tomada en la lactancia no solo protege de la obesidad sino que también programa el organismo para que en el resto de la vida evite el desarrollo de diabetes, y para que la persona tenga unas preferencias alimentarias particulares. Acaban de publicar que, si uno tomó leptina durante la lactancia, el tejido adiposo está más preparado para manejar el exceso de grasa de una dieta y evitar así complicaciones médicas como la esteatosis hepática, causada por la acumulación de un exceso de grasa en el hígado. Nature Reviews se ha hecho eco de esta investigación en un comentario editorial. “El principal hallazgo de los últimos trabajos”, explica Palou, “es que la suplementación con dosis fisiológicas de la leptina durante el periodo de amamantamiento programa una mejor respuesta del tejido adiposo a una dieta alta en grasas, mediante la prevención de la disminución del receptor de leptina en los depósitos internos y el aumento de la capacidad oxidativa de este tejido”. El tejido adiposo es un órgano clave que participa en el manejo y almacenamiento de energía. Por tanto, los cambios en el receptor de la leptina en el tejido adiposo pueden ser de gran importancia en el desarrollo de la obesidad y sus trastornos metabólicos relacionados. “De hecho”, explica el científico, “es conocido que ciertos ARN (unas moléculas similares a los genes que sirven a estos de mensajeros) muestran unos niveles reducidos en el tejido adiposo de las personas con obesidad mórbida, y hemos podido ver que una dieta alta en grasas sostenida provoca unos menores niveles de expresión de esos mismos genes en ratas”. El efecto de programación de la leptina administrada durante la lactancia puede mejorar la capacidad para controlar el peso corporal del adulto, y evitar las alteraciones metabólicas asociadas a una dieta rica en grasas, y otras condiciones de estrés nutricional. “En particular, el efecto protector sobre el sistema formado por el tejido adiposo y la leptina parece estar asociado con un mejor manejo y compartimentación de exceso de combustible; eso mejora la sensibilidad de esas ratas a la insulina y la prevención de otros trastornos metabólicos relacionados con la alimentación excesiva, como la acumulación de lípidos hepáticos, que sí ocurre en animales no suplementados con leptina”. Según Palou, los resultados de su equipo permiten comprender los efectos de la programación metabólica a largo plazo por la leptina ingerida durante la lactancia. La leptina confiere protección contra la obesidad y los trastornos metabólicos más relacionados. El científico destaca ´”la utilidad de la ingesta de leptina durante la lactancia temprana como un plan de prevención de estas enfermedades El laboratorio está ahora investigando para identificar los mecanismos subyacentes implicados en el efecto de programación de la leptina. Entre ellos, los mecanismos epigenéticos, o de inactivación estable de grupos de genes. "Los resultados abren una nueva área de investigación tanto en el uso de la leptina en el diseño de la fórmula más adecuada para el niño, como en la identificación de los niveles de leptina óptimos en la leche materna, que son aspectos de gran relevancia debido a la alta prevalencia de la obesidad y sus complicaciones", dice Palou. Recientemente han puesto en marcha dos proyectos basados en el uso de las nuevas tecnologías de nutrigenómica. Por un lado, están coordinando un proyecto de investigación de cinco años a gran escala (Bioclaims), financiado por el séptimo programa marco de la Unión Europea, que persigue la identificación de biomarcadores para la reprogramación inducida por la leptina. “También hemos empezado un proyecto del Gobierno español para encontrar biomarcadores moleculares específicos para la prevención de la obesidad´, concluye Palou. Los científicos están tramitando la creación de una empresa spin-off asociada a la Universidad de las Islas Baleares. Javier Sanpedro © EDICIONES EL PAIS, SL.
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