Estudio de la Escuela de Nutrición de la UBA en mujeres porteñas y bonaerenses Dar a luz por cesarea
Las madres dejan de amamantar antes de tiempo
Deberían hacerlo hasta los 6 meses
Estudio de la Escuela de Nutrición de la UBA en mujeres porteñas y bonaerenses
Durante al menos los primeros seis meses de vida la lactancia materna es una fuente irreemplazable de los nutrientes que el bebe necesita para continuar creciendo fuera de la panza de la mamá. Sin embargo, y en contra de las recomendaciones de pediatras y nutricionistas, las mujeres porteñas y bonaerenses tienden a dejar de amamantar a sus hijos demasiado temprano.
Un estudio realizado en doce centros de salud por integrantes de la Escuela de Nutrición de la Universidad de Buenos Aires (UBA) halló que el abandono de la lactancia suele ocurrir entre los tres y cuatro meses de vida de los bebes. A cambio, el 51% de las madres incorpora la leche de vaca sin modificar, ya sea sola o en alimentos, como los yogures o los postres que se venden en el supermercado.
"Quisimos conocer cuál es el patrón lácteo infantil, es decir, los distintos tipos de leche que consumen los chicos en el primer año de vida, y confirmamos que las mujeres dejan de amamantar antes de lo que deberían y que más de la mitad incluye la leche de vaca", explicó a LA NACION la licenciada María Elena Torresani, directora del estudio multicéntrico en el que participaron 16 investigadores de la carrera de nutrición de la UBA.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la leche materna como alimentación exclusiva durante los primeros seis meses de vida de los bebes. "Si la mujer no puede amamantar a partir del sexto mes porque sale a trabajar o porque no tiene la leche suficiente, la OMS indica qué otros productos puede incorporar, como las fórmulas infantiles adaptadas, pero nunca la leche de vaca sin modificar", agregó Torresani, jefa de la cátedra de Dietoterapia del Niño en la carrera de Nutrición de la UBA.
El relevamiento incluyó a 434 pares de madres e hijos. Los bebes tenían entre 12 y 18 meses para que las mamás pudieran recordar con precisión el patrón alimentario del primer año de vida. Los investigadores dividieron a los binomios participantes en tres grupos, según el tipo de cobertura médica (con cobertura médica, con obra social o con servicio de medicina prepaga).
"El mayor asesoramiento sobre cómo alimentar al bebe en el primer año de vida lo aporta el pediatra, pero casi el 21% de las mujeres dijo que nunca recibió información -comentó Torresani-. Hay un gran porcentaje de mamás sin cobertura [de salud] que van al médico sólo cuando el bebe tiene algún problema pasajero, pero no para hablar de nutrición."
De ahí, insistió la especialista, la importancia del trabajo en conjunto del pediatra, el licenciado en nutrición y la mamá. De ser así, "estas falencias en el patrón de alimentación infantil no ocurrirían", indicó Torresani.
Según los resultados del estudio, nueve de cada diez bebes son amamantados al nacer. Pero a los cuatro meses sólo cuatro de ellos siguen recibiendo la leche materna. Al preguntarles a las mujeres cuál es la causa del abandono del amamantamiento, la mayoría de las participantes lo atribuyó, independientemente del tipo de cobertura médica, a tener que volver a trabajar y a no poder mantener la regularidad de los horarios para alimentar al bebe.
Reemplazos riesgosos
Con la suspensión de la lactancia, aumenta la introducción de los sustitutos de la leche materna. "El chico puede seguir lactando, pero necesariamente ya incorpora antes de tiempo otros alimentos porque la lactancia deja de ser exclusiva", dijo Torresani.
Entre los productos que las madres incorporaron en la dieta de sus bebes antes del año de vida se encuentran los yogures, los postres y los flanes, tanto en sus versiones enteras como descremadas, como las leches fermentadas con probióticos.
"La falta de información, educación, acceso y/o disponibilidad de recursos condiciona a las madres a que muchas veces opten por la leche de vaca como alimento lácteo antes de los 12 meses de vida", indican los autores del estudio.
Según la OMS, el consumo de leche de vaca antes del año de vida aumenta en los bebes el riesgo de desarrollar anemia ferropénica (por pérdida de hierro), microsangrado gastrointestinal, alergia a la proteína de leche de vaca o diabetes infantojuvenil en los chicos con predisposición genética a sufrirla.
"Vimos que muchas mujeres usan esa leche sin modificar en las preparaciones caseras para sus bebes, como licuados, puré o polenta, cuando podrían usar leches adaptadas para los dos semestres del año o, incluso, la leche materna, que sin dudas es muchísimo más segura", defendió con vehemencia la licenciada Torresani.
Por Fabiola Czubaj
De la Redacción de LA NACION
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