El "día de la concepción", el remedio ruso contra la baja tasa de natalidad

13.9.07 – Clarín
Ya hay más de 10 mil cordones umbilicales guardados en el país.
Muchos expertos afirman que podrían servir para tratar posibles enfermedades futuras como la diabetes o el Parkinson. Pero otros alertan que se trata de un gran negocio. Cuánto cuesta y qué conviene hacer.

El tema es sensible, polémico y complicado. ¿Hay que guardar el cordón umbilical del bebé? Muchos especialistas dicen que sí, porque ya se probó científicamente el gran potencial de las células madre. Pero otros advierten sobre el negocio armado en torno a este tema, ya que todavía el uso particular es ínfimo. Se cuestiona el dónde, y el cómo. ¿Hay que donar el cordón a un banco público? ¿Hay que guardarlo en uno privado? ¿Es ético cobrar por un servicio que depende de resultados de prácticas aún experimentales?

Hace cuatro años abrió en Argentina el primer banco privado de células madre. Luego lo hicieron dos más. Ahora, entre los tres, tienen casi diez mil muestras para uso particular. También existe un banco público en el Hospital de Pediatría Juan Garrahan, que guarda 900 muestras que pueden ser usadas por cualquier persona. ¿Qué hacer?

Los bancos privados ofrecen una suerte de "seguro" personal para tratar posibles enfermedades futuras como la diabetes, el Parkinson, el Alzheimer. "Vendemos un servicio que es almacenar en forma segura células que en el futuro pueden servir para tratar enfermedades. Y si bien clínicamente todavía no hay suficientes casos, científicamente ya está probado que estas células regeneran otros tejidos", explica Román Bayo, director médico de Mater Cell, el banco privado pionero, con unas 6.000 muestras.

"La sangre del cordón tiene células madre que pueden usarse en trasplantes a pacientes con enfermedad congénita o adquirida de la médula ósea, como leucemias o aplasias medulares. En estos pacientes su contenido celular es escaso, y son un objetivo fácil para los microorganismos patógenos. La inyección de estas células les ayuda a mejorar su sistema defensivo", dice Santiago Brugo Olmedo, director médico de Seremas. Pero aclara: "La mayoría de las enfermedades de la infancia tiene un componente genético que hace inservibles estas células para el propio donante. Los padres tienen que saber que la sangre del cordón del niño no puede usarse para tratar enfermedades genéticas porque las células estarán afectadas".

Pablo Argibay, director del Instituto de Ciencias Básicas y Medicina Experimental del Hospital Italiano, también plantea pros y contras. A favor de los privados, dice: "Estas células mostraron en experimentos animales que pueden servir para tratar diversas enfermedades. Y si bien la probabilidad del uso de estas células es baja, para la persona que tiene la enfermedad lo es todo". En contra, alega: "No hay evidencias de que estas células puedan ser usadas en humanos para tratar alguna enfermedad. La posibilidad de que un bebé necesite en sus primeros años estas células para su uso probado es bajísima".

Ana del Pozo dirige el banco público del Garrahan. Su postura es clara: "Guardar muestras en un banco privado no tiene sentido. Los estudios están en fase experimental, es decir, con animales. Y los que se hacen con humanos son con pacientes que no tienen nada que perder. Tengo tres hijas y no les aconsejaría guardar la sangre en un banco privado".

En cambio, Del Pozo sí alienta la donación al banco público. Argibay también: "Los bancos públicos son para todos, fomentar la donación a estos bancos es un ejercicio de donación altruista necesario para el desarrollo de cualquier sociedad moderna".

Lino Barañao, presidente de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica opina igual: "Las células frescas, aunque sean de otra persona, demostraron ser útiles en el tratamiento de afecciones de la sangre". Por el contrario, asegura que: "El cobrar por prácticas experimentales es contrario a la ética".